La Trampa de la Felicidad

No sólo es el título del libro de Russ Harris, es una realidad.
La Felicidad es una Trampa.

La búsqueda de la Felicidad se ha convertido en una persecución.

Perseguir la Felicidad es perseguir una quimera.

 

¿Dónde está ese lugar llamado «Felicidad»?

¿Es el «puesto de trabajo soñado», es el viaje idílico a Nueva Zelanda, es casarse, es tener hijos…?

Hay infinidad de libros, consejos, decálogos de qué hacer y cómo hacerlo, y parece que todos tenemos algo que decir al respecto.

Y no es de extrañar, en realidad.
Cada uno, al fin y al cabo, entendemos por Felicidad, cosas completamente diferentes.

Cuando nos aferramos a esas teorías y «recetas», escritas por otros, puede que incluso, enunciadas como «científicamente contrastadas», «nos estamos agarrando a la Felicidad de otros».
Nadie ha encontrado su camino sin buscar el suyo propio.

Más aún, no se trata de perseguir un «ansiado estado de bienestar fugaz y transitorio».

¿Qué sentido puede tener eso?

Si dedicamos nuestra vida a esa búsqueda, probablemente lo único que consigamos sea frustración y decepción.

A Will Smith «parece» que le sale «bien», en la película: «En busca de la Felicidad».
Pero, ¿qué pasa si no conseguimos «eso» que nos hemos propuesto?

Ser Feliz no es no tener problemas.

Ser Feliz requiere aceptación y compromiso.

Ser Feliz es vivir la vida que quieres vivir, con las opciones que tienes disponibles.

Yo nunca seré violinista en la Orquesta Filarmónica de Viena, ni primera bailarina del Ballet Ruso,…
Y eso no significa que no vaya a ser feliz o que, de hecho, no lo sea.

Puede que tengas pocos amigos, que tu trabajo no te acabe de gustar, que tengas ansiedad, o cualquier otra circunstancia.
Y eso tampoco significa que no vayas a ser feliz o que, de hecho, no puedas serlo.

Como ya os he dicho en más de una ocasión, hay muchas cosas en esta vida que no elegimos, pero que están ahí.
Lo que siempre podemos elegir, es nuestra actitud y decidir qué vamos a hacer con ellas.

Yo misma me considero una incansable y apasionada buscadora de la Felicidad.
Parece contradictorio, ¿verdad?

La Felicidad no es lo que nos han vendido ni venden.
La Felicidad no es un estado estático.

La Felicidad es una elección constante.

Solemos pensar que uno no puede ser feliz, todo el tiempo, porque asociamos la Felicidad con: confeti, fiestas, celebraciones, paseos al atardecer, días en la playa, vacaciones, cero preocupaciones, una «vida resuelta», amigos por todas partes, cero soledad, planes y planes y más planes,…

¡Eso no es Felicidad!
¡Es un día en la vida de Paris Hilton!
(En las Redes Sociales, al menos).

El verdadero reto no es Ser Feliz cuando todo encaja a la perfección.
El auténtico reto, la auténtica Felicidad es ser feliz, a cada paso que das.

No porque siempre tengas «éxito», no porque siempre consigas lo que quieres, no porque todos los días sean de fiesta y sol.

La Felicidad es un camino, tu camino, el que eliges cada día, a cada paso.

Cada una de las cosas que haces, cada día, tiene que tener un sentido para ti, ése es su propósito, ir en la dirección que tú quieres ir, no un resultado concreto.

Marcarse como objetivo: Ser Feliz, no tiene sentido.

La Felicidad no es una meta, es una consecuencia.

Día a día, todos hacemos cosas que no nos apetece especialmente hacer, cuando no decimos que «nos sentimos obligados a hacerlo», eso no tiene sentido, ni para nosotros, ni para nadie.

Yo puedo elegir cumplir con mis responsabilidades, o no hacerlo, es mi elección.

Lo realmente importante es que yo (si, yo), tenga claro por qué lo estoy haciendo, cuáles son mis razones y motivos, cuál es mi auténtica motivación.

Entonces, y sólo entonces, mi vida tendrá sentido para mí, y podré decir, que soy Feliz.
Venga lo que venga.

Acerca de Cristina

Psicóloga Colegiada Torrejón de Ardoz
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