LAS COSAS SON COMO SON, NO COMO ME GUSTARÍA

Algo obvio, sin duda, pero no sabéis cuantísimas veces lo repito en la consulta, y a mi misma también 😉 porque nos cuesta horrores aceptar la realidad, con todas sus consecuencias.

En otra entrada ya hablaré de la fantasía, de fantasear, y de cómo puede llegar a complicarnos la vida.

Tal vez penséis que es inconformismo, pero en este caso, tiene mucho que ver con nuestras expectativas, sobre cómo creemos que van a suceder las cosas en nuestra vida, lo cual nos lleva a anticipar qué va a ocurrir y cómo, con la consiguiente decepción, frustración, y muchas veces enfado, cuando no ocurre así.
Y todo esto, la mayoría de las veces, sin darnos cuenta, sin saber por qué estamos tan enfadados.

Esto, como ya podéis imaginar, afecta a cada cosa, por pequeña que sea, de nuestra vida.

Pero… LAS COSAS SON COMO SON, NO COMO ME GUSTARÍA

Cómo va a ir mi relación de pareja, qué planes voy a hacer el fin de semana o qué ingresos voy a tener en los próximos dos meses. Todo está incluido, y todo se ve afectado.

Una vez más: LAS COSAS SON COMO SON, NO COMO ME GUSTARÍA

Cuando alguien se enfada, poco o mucho, siempre le invito a hacerse la misma pregunta:

¿Por qué te estás enfadando realmente?

Y de aquí viene la siguiente, independientemente de cuál sea la respuesta a la anterior:

¿Qué significa eso para ti?

Imagina que te levantas por la mañana, pones la radio, oyes que hay unos atascos tremendos justo en la dirección en la que te dispones a dirigirte, o como hoy, que no puedes circular ni aparcar en ciertas zonas de Madrid.
La noche anterior, cuando decidías a qué hora ibas a poner el despertador, pensaste que, ya que tu día había sido muy duro, te merecías dormir 15 minutos más esa noche, y decidiste poner el despertador 15 minutos más tarde.
El enfado está casi garantizado, si no cuento con el hecho, de que no se qué me encontraré por la mañana, cuando me levante.
Porque, por muy duro que fuera ayer mi día, y por mucho que me mereciera descansar un poco más, no sé qué me voy a encontrar en el mundo, que no para de girar, cuando salga a él. Y sin lugar a dudas, ahí está… LAS COSAS SON COMO SON, NO COMO ME GUSTARÍA

Cuando tomamos decisiones, lo hacemos en base a la información disponible, que siempre va a ser limitada, ya que cada fenómeno tiene causas múltiples, y en muchos casos, desconocidas para nosotros/as, ni sabemos tampoco en qué medida influyen en que un hecho determinado se dé o no, por lo que predecir lo que va a ocurrir, es muy muy complicado, aunque muchas veces “juguemos a ser videntes” para tomar decisiones.
Lo bueno es que siempre podemos contar con que cualquier cosa puede ocurrir… Y, claro, también que: LAS COSAS SON COMO SON, NO COMO ME GUSTARÍA.
Seguro que recordáis la frase de Forrest Gump: “La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar…”.

Otras veces, sin embargo, el hecho es que no prevemos lo que va a ocurrir, y en muchos casos, se debe a que no aceptamos que: LAS COSAS SON COMO SON, NO COMO ME GUSTARÍA.
Un ejemplo, mi amiga Pepita (con todo mi cariño para las Pepitas), que en otras ocasiones ya se ha olvidado de llamarme, cuando dijo que lo haría… ¡Oh sorpresa! Queda en llamarme hoy por la mañana para que quedemos esta noche, y no lo hace, y yo me enfado, me enfado con total estupefacción, casi sin entender cómo es posible que mi amiga Pepita no me haya llamado.
Si yo aceptara que: LAS COSAS SON COMO SON, NO COMO ME GUSTARÍA; contaría con la posibilidad de que mi amiga Pepita no me llamara de modo que, al no hacerlo, pensaría para mis adentros: “bueno, no pasa nada, me lo podía imaginar, voy a llamarla yo”, y se quedaría ahí, no habría enfado, ni confusión, ni el clásico: “no me puedo creer…”

Así que, plantéate:

¿Qué posibles cosas hay en tu vida que no estás aceptando tal y como son?

¿Qué consecuencias está teniendo en tu día a día?

¿Por qué te cuesta aceptarlas?

Estas respuestas te ayudarán a clarificar tus emociones y tus decisiones.

También te dirán en qué aspectos de ti tienes que trabajar.

En definitiva, te conocerás mejor y sabrás cuál es el siguiente paso, puede que puedas darlo por ti mismo/a, puede que necesites ayuda para dar el paso (a veces es muy complicado entender qué subyace a tanto enfado y tanta expectativa poco realista).

Sea como sea, te invito a  repetir lo que casi es un mantra para mí, para recordártelo, para integrarlo en tus pensamientos, y para, en consecuencia, ir aceptándolo, a cada paso:

LAS COSAS SON COMO SON, NO COMO ME GUSTARÍA

Y si queréis la versión musical, aquí la tenéis: Ironic (Alanis Morisette).

Acerca de Cristina

Psicóloga Colegiada Torrejón de Ardoz
Esta entrada fue publicada en Psicología, Sabías que... y etiquetada , , , , , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.