Porque, disfrutarlo, es la consecuencia.
Yo, cuando estoy saboreando un momento, respiro profundamente, me fijo en cada uno de los detalles de esa experiencia que estoy viviendo, los represento en mi cabeza y guardo en mi memoria, como si estuviera pintando un cuadro…
Con cada respiración, absorbo un poco más, «atrapo el momento», lo hago mío, lo respiro, lo siento en mi cuerpo…
Y, me digo a mi misma, ahora estás viviendo esto, siéntelo, graba esta imagen, esta sensación, así podrás volver a ella, recordarla y re-experimentarla, siempre que quieras, será tuya, para siempre.
Esta es la filosofía del Mindfulness, que nos anima a vivir conectados con el presente, a vivir cada momento con plena conciencia de lo que estamos viviendo, de manera que lo saboreemos y disfrutemos con mayor plenitud y satisfacción.
Ahora que estamos de vuelta de vacaciones, y como se dice con respecto a los viajes, los puedes disfrutar por partida triple: preparándolos, viviéndolos y recordándolos.
Así que volver a todo eso que habéis vivido durante las vacaciones, esos maravillosos recuerdos que están grabados en vuestra memoria, y volver a saborearlos, os darán fuerza y ánimo para enfrentaros a todos los retos que tenéis por delante.
Serán vuestros para siempre.
Y, ahora, disfrutar «este momento», momento de nuevos comienzos, momento de cambios, momento de nuevos retos, momento de nuevos proyectos, de nuevas perspectivas, de nuevas ilusiones, de nuevos «fascículos coleccionables» en cada kiosco…
Respirar todas esas nuevas posibilidades que se abren ante vosotros.
¡Es emocionante!
Pingback: La “vida sencilla” | Psicólogo Torrejón de Ardoz