Consejos prácticos para llevar una dieta saludable

Llevar una «dieta saludable», no es hacer dieta.
Es «alimentarse con sentido y proporción, cariño, respeto y cuidado».

No voy a insistir en lo que seguramente ya habréis encontrado en la hoja magistralmente confeccionada y automáticamente sacada por vuestro/a endocrino/a del cajón de los horrores y la despersonalización.
Con que paséis por eso una vez, ya es más que suficiente.

En este artículo os voy a dar pautas muy concretas para organizaros las comidas, haciendo hincapié en una perspectiva psicológica, no nutricional.
Recordar: buscamos ponérnoslo fácil, tener éxito y tratarnos con cariño, cuidado, respeto e incluso mimo.
Así que nada de «dietas infierno«, «autoflagelaciones«, ni «absurdos e innecesarios sacrificios titánicos«.

  1. Hacer el menú de la semana, por ejemplo el viernes.
    Dejarlo por escrito e incluir también la media mañana y la merienda (tal vez os parezca excesivo, pero luego os explicaré por qué os va a beneficiar).
    Para ello podéis utilizar algún libro de recetas (a mi me encantan) o buscar en internet las que mejor se ajusten a vuestros gustos.
    Sea como sea, hacerlo siempre después de haber comido, no antes.
  2. Con el menú hecho, ir a la nevera y a la despensa, y apuntar todo lo que necesitéis para poder preparar el menú.
    Esa va a ser vuestra «lista de la compra».
  3. Al día siguiente (y que sea al día siguiente también tiene su razón de ser), ir a hacer la compra, de esos productos que habéis apuntado, no otros.
    Una vez más, procurar hacerlo con el estómago lleno.
  4. Cuando lleguéis a casa con la compra, lo primero que os recomiendo hacer es coger una pieza de fruta (bien del frigorífico, de la bolsa de la compra o del frutero), y comérosla antes de empezar a colocar la compra.
    Creerme, os va a venir fenomenal, porque a estar alturas es muy posible que ya estéis salivando como «los perros de Paulov».
  5. Si habéis comprado más de lo previsto (todo puede pasar), a la hora de guardarlo en el congelador, hacerlo en paquetes individuales, con raciones individuales.
  6. Al día siguiente, una vez más (ya vamos por el domingo), reservaros entre 2-4 horas para cocinar el menú de toda la semana.
    Se que tal vez os parezca mucho, pero os aseguro que la inversión merece la pena, y además los alimentos aguantarán perfectamente.
  7. Una vez lo tengáis cocinado, repartir lo cocinado en recipientes individuales.
    No importa que comáis en casa o en la oficina, hacerlo igualmente.
  8. ¡Ya lo tenéis listo!
    Ahora coger cada recipiente y a la nevera 😉

Ahora os voy a explicar los beneficios de hacerlo así:

  • Al hacerlo en varios días, no estamos pensando durante horas y horas en: comida, comida, comida.
    De esta manera, nuestro «deseo» por la comida y nuestras ganas de comer, no son las que toman las decisiones.
  • De esta misma manera, recuperamos la «sensación subjetiva de control» sobre la comida y nuestra alimentación, además de la satisfacción de saber que estamos cuidando de nosotros mismos y haciendo algo por nosotros mismos, por nuestro bienestar, por nuestra plenitud, favoreciendo y alimentando nuestra autoestima, y la relación con nosotros mismos, la más importante que vamos a tener, en toda nuestra vida.
  • La recomendación de procurar hacerlo todo con el estómago lleno es para que completemos todas las acciones sin hambre, de modo que tampoco interfiera en lo que estamos haciendo.
  • Al programar todas las comidas, no nos paramos a pensar en: ¿qué me apetece?, o en: ¿cuánta hambre tengo?
    Simplemente comeremos lo que tenemos previsto, y como lo hemos planificado antes, teniendo en cuenta nuestras necesidades nutricionales y calóricas diarias.
    De esta manera, sabremos que estamos aportando a nuestro cuerpo justo lo que necesita, ni más, ni menos, no en función de nuestro estado anímico concreto del momento.
  • Tener las raciones calculadas también nos ayuda a esto mismo, a no comer demás, ni de menos tampoco.

Si, a pesar de todas estas recomendaciones, ves que te cuesta organizarte la comida, y que tu «deseo» por la comida o las ganas que tienes de comer, te están ganando la partida, no lo dudes, pídenos asesoramiento.

Acerca de Cristina

Psicóloga Colegiada Torrejón de Ardoz
Esta entrada fue publicada en Mujeres, Nutrición, Psicología, Sabías que... y etiquetada , , , , , , , , , , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.