¿Buscar pareja o no buscarla? – Parte 1

Un dilema, ¿verdad?

En cierto modo, creo que pensamos que es como «buscar trabajo de forma activa», al fin y al cabo, «no va a venir a buscarte el trabajo a casa», ¿no?
Al menos, eso es lo que solemos decir.

Sin embargo, si conocéis a alguien que este «buscando pareja de forma activa», o si sois vosotras mismas las que estáis en ese «modo», sabréis que lo que genera es más frustración que otra cosa.

Este fin de semana salía la conversación de «las aplicaciones para conocer pareja», por ponerlas un nombre.
Ya os comenté en otra entrada del blog (¿Qué quieren las mujeres?) que, en mi opinión, se han convertido, al menos en algunos casos, en una especie de «supermercados», ya que creo que llegan a «cosificar» a las personas.
La persona con la que hablaba me daba varios argumentos, muy lógicos todos ellos, de hecho, de por qué es una buena opción para maximizar oportunidades de conocer a otras personas, y en eso estoy totalmente de acuerdo.

¿Por qué entonces generan estas aplicaciones, tanto frustración y «odios», como «pasiones» y «adicciones»?
Creo que la respuesta tiene que ver con nuestras expectativas.
Si bien es cierto que es una opción fantástica para conocer a gente, nuestra expectativa, muchas veces, cuando las usamos suele ser otra, lo que esperamos es encontrar pareja, por no deciros que esperamos encontrar al «amor de nuestras vidas».
No en vano, el comentario suele ser: esta aplicación es para «algo serio», esta aplicación es para «tener un rollete», esta para «esto», esta para «lo otro».

Yo misma recomiendo a mis pacientes el uso de estás aplicaciones, siempre y cuando tengan claro, que es una forma más de conocer a gente, ni la única, ni la garantía de «encontrar a ese alguien especial».

Como os decía, las expectativas son clave en este aspecto.
Si yo espero encontrar «al amor de mi vida», todo lo que no sea «eso», psicológicamente, me dará la sensación de estar alejándome de lo que busco, no acercándome, menos aún de estar disfrutando de la vida y de lo que tengo.
Ya que me dejará la impresión de que «ese alguien especial no existe» o bien que me equivoco al hacer las cosas o que no soy lo suficientemente atractiva, o lista, o simpática, o lo que sea, o que es imposible que me enamore o que se enamoren de mi… o cualquier otra opción que implique que no voy a encontrar «lo que busco», con la consiguiente decepción, como es lógico.
Más aún, que nunca voy a encontrar a «nadie», que no voy a conseguir ser feliz o estar en pareja o tener el proyecto de vida que quiero tener o cualquier otro deseo que albergue en mi corazón.

Os podéis imaginar entonces que, cada vez que hablas o quedas con alguien, y «no sale», precisamente, como tu esperabas, se te rompe el corazón un poquito más, y si la ilusión que habías puesto en ello era muy grande, ese poquito se convierte en un montón.

¿Cómo no estar frustrada y decepcionada y enfadada?

Cuando «decidimos» (ya que a veces es una decisión inconsciente), entrar en «modo búsqueda activa», damos algo por hecho, que puede ser fuente de «muchas complicaciones».

Damos por hecho que «encontrar pareja» depende, fundamentalmente, de nosotras y de lo que hagamos para «conseguirla».

Sin embargo, ahí precisamente reside la semilla de la frustración, ya que es un «intento» de controlar algo, que en realidad, no podemos controlar.

Igual que no controlamos de quién nos enamoramos, por mucho que queramos «maximizar oportunidades», eso no nos garantiza nada.

Conozco a personas muy activas, con trabajos que les permiten conocer a decenas de personas semanalmente, con muchas inquietudes y hobbies, que se relacionan con muchas personas a lo largo de los días, que hablan con unos y con otros, que participan en actividades de diferente índole, en distintos momentos y con distintos colectivos.
Y tampoco eso garantiza que «encuentren a ese alguien especial».

Me diréis entonces: muy bien, entonces, ¿qué demonios hago?
¡Fantástica pregunta!

Esperar a la «Parte 2» y encontraréis algunas respuestas 😉

Acerca de Cristina

Psicóloga Colegiada Torrejón de Ardoz
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