Lo primero es que te prepares para hacer el casting.
Se que tal vez no esperaras ese comentario.
Y que incluso te preguntes: ¿qué forma es esa de llevar un negocio si me recomiendan que vea a varios antes de decidirme?
Pues bien, el motivo es muy sencillo, desde Psicología Ruiz Monter lo que queremos es ayudarte, guiarte y que seas feliz.
Si no te recomendáramos que eligieras, según tus preferencias y necesidades, no estaríamos haciendo nuestro trabajo.
Dicho esto, algunas recomendaciones:
- Conexión: que se compone de muchas pequeñas cosas, pero en definitiva, todos/as sabemos a que nos referimos.
Cuando conectas con otra persona sientes que estáis hablando el mismo idioma, que te entiendes.
Y es entonces cuando puedes abrirte por completo, confiar y progresar.
Por ese motivo, en Psicología Ruiz Monter os ofrecemos la posibilidad de tener una primera entrevista, completamente gratuita, para que nos conozcáis y decidáis si queréis empezar la terapia o no, sin compromiso.
Además de contar con varios profesionales que pueden atenderos, adaptados a vuestras necesidades.
- «Ir a por todas»: se que no es barato (y fijaros que, aunque no hay precios establecidos por el Colegios Oficial de Psicólogos, el nuestro es el mínimo que recomiendan; y como, en nuestro caso, «no hay trampa ni cartón», tenemos los precios publicados en nuestra web), así que ya que vais a hacer la inversión, no os conforméis con medias tintas.
- «Sentiros como en casa»: En nuestro despacho lo tenemos claro, nuestro cerebro procesa muchísimo mejor cuando no hay otros estímulos que nos «desconcentren»: un entorno agradable, con temperaturas ajustadas, con asientos confortables, colores relajantes y bien iluminado.
En Psicología Ruiz Monter, vamos un poco más allá, ofrecemos a todos nuestros/as pacientes servicio de café, té e infusiones, agua y riquísimos caramelos (que tal vez os parezca una chorrada, pero no sabéis lo que se agradece, ¡nosotros los primeros!).
- «Sentiros escuchados/as»: hasta en los más mínimos detalles.
Por ejemplo, los caramelos que tenemos en la consulta han sido elegidos por nuestros/as pacientes, así como las infusiones que tenemos (siempre estamos añadiendo vuestras sugerencias a nuestro «menú») 😉
- Cercanía y/u horarios compatibles: es la misma recomendación que hago cuando alguien se plantea ir al gimnasio.
Puede que hayas encontrado uno fabuloso, pero si tienes 20 minutos de coche o 30 de transporte público, los/as dos/as sabemos lo que va a pasar… ¿Por qué sino habrá gimnasios que te hagan ofertas por trimestres e incluso un año entero?
En el caso de la terapia, y en el de Psicología Ruiz Monter, tenemos una ventaja clara, ofrecemos a todos/as nuestros/as pacientes la posibilidad de hacer las sesiones por Skype.
Es un recurso fantástico, y si no lo habéis probado, os lo recomiendo, te evitas desplazamientos, gestionas mucho mejor tu tiempo y las sesiones tienen los mismos resultados. ¡Todo ganancias!
¡Gracias Skype!
- «Que tu terapeuta te caiga bien»: una vez más, os vais a reír, pero como parte de esa conexión de la que hablábamos, si tu terapeuta «no te cae bien», el sentimiento que te puede generar de cierto rechazo, por llamarlo así, es muy probable que se transfiera a la terapia, y eso es justo lo contrario a lo que tú estás buscando.
Aquí se que voy un poco a «contracorriente», se que el/la profesional que tienes delante no tiene por qué caerte bien para que tu terapia avance y veas cambios.
Es más, te caiga bien o no, seguramente sea un/a extraordinario/a profesional.
Pero, sinceramente, desde mi punto de vista, ¿para qué introducir una variable que tal vez te pueda complicar las cosas?
- «Pregunta a un amigo»: tener referencias de un centro y/o profesional os ayudara también a decidir, así que no dudéis en hacerlo. Yo, por mi parte, os invito a visitar mi perfil de LinkedIn 😉
Adicionalmente, os hago algunas otras recomendaciones sobre cómo decidir seguir en terapia o no, en otro artículo.
Pero una lo engloba todo:
«Hacer caso a vuestro instinto».
Ese, «yo no se por qué», porque no lo se poner en palabras, pero ahí está.
Y es que, tengamos en cuenta, que lleváis muchos años «metiendo y procesando información» en ese precioso cerebro que tenéis, y aunque os cueste creerlo, ahí está y ahí queda. ¡Darle uso!