Lo que en psicología conocemos como «tendencia de pensamiento obsesivo», es mucho más común y frecuente de lo que podamos imaginar.
En realidad, a todos/as nos puede pasar, si nos encontramos en una situación especialmente estresante y que nos preocupe mucho.
Así que, si eres de los/as que «les dan vueltas a las cosas»… ¡Bienvenido a la especie humana!
Podríamos decir que este mecanismo se activa, cuando nuestro cerebro está buscando, incansablemente, una solución para eso que nos preocupa, sin resultados.
Cuanto más tiempo le dedicamos, más ansiedad nos genera, más vueltas le damos, y en consecuencia más importante nos parece, al no encontrarle solución, aumentando la preocupación y la sensación de urgencia por resolverlo, también.
De ahí que lo califiquemos como tendencia obsesiva.
Todo ello hace que este mecanismo se «acelere», en una búsqueda incesante sin respuesta.
De este modo, el «darle vueltas» puede pasar a «modo lavadora», y si se acelera más aún, incluso a «modo giróscopo».
¿Por qué lo asociamos con «darle vueltas»?
El «pensamiento vertical», que es el que solemos utilizar y el que predominantemente nos enseñan a nivel académico, es un tipo de pensamiento lógico, racional, analítico, nos lleva a considerar siempre la misma información, esta es, la información que hemos ido «recopilando» en nuestra experiencia y aprendizaje, según los parámetros habituales de cómo suceden las cosas.
Es por este motivo que, la sensación es (y, de hecho, suele ser así), que estamos considerando lo mismo una y otra vez, vamos de un punto a otro y vuelta a empezar, por tanto, «dando vueltas».
¿Cómo parar?
El «pensamiento lateral«, definido por Edward de Bono, es un pensamiento creativo en el que nos salimos de los parámetros habituales y establecidos, es un tipo de pensamiento en el que se consideran posibles soluciones, de una forma no lógica, no racional, siendo considerada como una de las técnicas efectivas de resolución de problemas, que es más que recomendable aprender y aplicar.
Salirse de lo establecido, pensar diferente, no sólo es enriquecedor, sino que nos puede ayudar a «parar la lavadora«, además de encontrar soluciones para nuestros problemas y preocupaciones.
La meditación, el mindfulness, el estar presente, el vivir en el aquí y el ahora son otros recursos muy útiles también, como podéis imaginar.
Hacer una «locura», de vez en cuando, tampoco viene nada mal, para «sacar los pies del tiesto«. 😉
Expandir nuestra mente, nuestra conciencia, establecer nuevas conexiones cerebrales, a fin de cuentas, promoviendo la flexibilidad cognitiva, no sólo es uno de los objetivos de la terapia, sino un signo de «buen pronóstico» y de «salud mental», que nos ayudará a ser más nosotros/as mismos/as, a ser más felices y a ganar en calidad de vida, sin duda.
¿Quieres parar?
¿Quieres aprender a hacer las cosas de «otra manera»?
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