Al hacer tu lista de propósitos de Nuevo Año, es probable que hayas hecho primero repaso del año anterior.
Tal vez, te hayas dado cuenta, de que el año pasado, fue un gran año y que cumpliste muchos de tus sueños.
Entonces, la gran pregunta es…
¿Qué hago ahora que ya he cumplidos mis sueños (o, al menos, una gran parte de ellos)?
Cuando esto ocurre, nuestra primera sensación es de desasosiego e incomodidad.
No tenemos ni idea de qué hacer a continuación.
Ni tampoco de qué esperar…
Hemos llegado a la meta, ya esta, lo hemos conseguido…
¿Y ahora qué?
Ahora toca…
¡Volver a soñar!
Cuando unos sueños se cumplen, otros aparecen, acuden a su llamada.
Ya que la experiencia del éxito, nos refuerza en la idea de que somos capaces y podemos conseguirlo. Nos anima a seguir, a intentarlo otra vez, alimenta nuestra expectativa de éxito.
Puede que no de inmediato.
Pero si eso ocurre… ¡Es aún mejor!
Porque tienes la oportunidad de disfrutar lo que ya has conseguido.
Así que, estés donde estés, hoy, para un momento, mira al cielo, respira hondo y disfruta el gusto, la satisfacción de estar justo donde quieres estar, de haber conseguido eso que anhelabas, tras mucho esfuerzo.
Repasa mentalmente todos los pasos que te han llevado a estar donde estás, como ya habrás leído en otra entrada, la felicidad no es sólo llegar a la meta, como en los viajes, prepararlos y después revisar las fotografías, incluso puede que tu «diario de viaje», te dan la oportunidad de seguir disfrutándolo, de volver a ello siempre que quieras, de encontrarle nuevos matices, de reparar en detalles que tal vez te pasaron desapercibidos en un primer momento, por esa amalgama de estímulos que estabas experimentando.
¡Hoy es un gran día para volver a soñar!