Contenidos de nuestra mente, no verdades inmutables.
Por mucho que esos pensamientos “me griten”, por mucho que esten presentes en mi día a día, por mucho que les de vueltas, por mucho que pueda llegar yo a identificarme con ellos, nada de todo esto cambia su naturaleza.
“Yo no soy mis pensamientos”.
Son palabras, palabras a las que les damos un significado determinado, en función de nuestros aprendizajes y experiencias, y también de la sociedad y la cultura en la que vivimos.
Que yo piense algo en un momento determinado, no significa que sea cierto, ni que se ajuste a la realidad.
Es más, nuestro cerebro no entiende la diferencia, en un gran número de ocasiones.
Somos nosotros/as lo que tenemos que poner “orden” en ellos.
“Los pensamientos no son los que nos hacen daño, sino los significados y el lugar que les damos en nuestra vida”.
¿Tienes “pensamientos” o ellos te poseen a ti?