Sólo hacen que deseemos más y nos resulte más atractivo lo «prohibido».
Si algo se nos niega, lo deseamos más, nos genera más curiosidad.
Se que es muy difícil e incluso agotador explicar a nuestros/as hijos/as el por qué de las cosas, qué son y qué consecuencias tienen, de una forma «didáctica», pero creerme, el prohibir sin más puede llegar a tener efectos muy perjudiciales.
A todos/as nos dan miedo ciertas cosas.
Hemos tenido nuestras propias experiencias además de haber visto el efecto que tienen en nosotros/as mismos y en los demás.
Podemos llegar a creer, por tanto, que el no hablar de ciertas cosas será la mejor opción, proteger a nuestros/as hijos de esa realidad, para que no tengan que «pasar por lo mismo».
O tal vez mostrarles lo perjudicial que puede llegar a ser, de una forma un tanto «cruda», y que así «no tengan si quiera la tentación».
En ambos casos el resultado es el mismo, lo que generamos en nuestros/as hijos/as es miedo e incomprensión.
¿Es la manera en la que queréis que vivan vuestros/as hijos/as?
Por supuesto que eso de «predicar con el ejemplo» es necesario, pero no lo único.
Tener una relación de sinceridad, respeto, comprensión y aceptación con nuestros/as hijos/as es el mejor profiláctico, la mejor prevención.
Podéis contar con que van a tener dudas, que se van a encontrar en situaciones «comprometidas» en las que tal vez se vean presionados/as y tendrán que elegir.
¿A quién queréis que pregunten cuando eso ocurra?
Creo que los padres y las madres, al igual que los/as psicólogos/as, es aconsejable que estén preparados/as para hablar de cualquier cosa con la mayor naturalidad posible.
Y si no lo estáis en el momento, no tengáis problema en decirles a vuestros/as hijos/as algo así como: «es un tema importante hijo/a y quiero contestarte con la mayor información posible, lo hablamos mañana (o cuando sea, pero poner una fecha y tiempo concretos), ¿de acuerdo?».
Desde luego que habrá temas que os hagan «subir la bilis» de golpe, por peligrosos o por «absurdos» ya que tal vez lo hayáis hablado más de una y mil veces con ellos/as o simplemente os parezca inconcebible lo que os están planteando.
No importa, repetirlo todas las veces que haga falta.
Para aseguraros de que ha quedado «claro», pedirle a vuestro/a hijo/a que os lo repita con sus propias palabras, así podréis también aclarar cualquier duda que pueda quedar, explicarle además que vosotros/as también tuvisteis una duda parecida, qué paso, qué hicisteis, poner ejemplos, y dejar la puerta abierta para que os consulte cualquier cosa que necesite, cuando lo necesite.
Todo ayuda, no lo dudéis.
La información nos hace libres, libres para elegir y decidir en nuestra vida.
Recordar que estáis educando a vuestros/as hijos/as para ser seres humanos independientes que decidan por si mismos/as.
Si tenéis dudas de cómo hacerlo, no dudéis en consultarnos.