Puede ser indicativo de problemas psicológicos.
Si bien, los terrores nocturnos (despertares bruscos que suelen estar precedidos por gritos o lloros de angustia) suelen remitir espontáneamente durante la adolescencia, es posible que haya «algo más» detrás también.
Durante el sueño:
- Nuestro cuerpo y nuestro cerebro descansan, se recuperan y regeneran.
- Mediante diversos procesos fisiológicos, en el caso de los/as niños/as especialmente, su cuerpo crece y se desarrolla.
- Se asientan los conocimientos adquiridos durante el día.
- Y tenemos la oportunidad, en nuestros sueños, de resolver los problemas que en el consciente, es decir, durante la vigilia, no podemos resolver, ya que nuestro inconsciente, durante el sueño, es libre para probar y hacer todo lo que quiera, no hay límites, todas las opciones son posibles.
El sueño, para nuestro cuerpo y nuestro cerebro, puede ser, por tanto, incluso más necesario que alimentarse, y sus alteraciones, son también indicativas de que la persona está sufriendo cambios que le están afectando de manera muy profunda y significativa.