Además de los ya sabidos efectos beneficiosos para nuestra «salud física», tiene muchos otros para nuestra «salud psicológica y emocional».
El ejercicio físico favorece:
- Una relación saludable con nuestro cuerpo.
- El funcionamiento cerebral, ya que al hacer ejercicio físico, sobre todo si se trata de ejercicio que requiera coordinación de ambos lados de nuestro cuerpo (como: andar, correr, nadar, jugar al padel o al tenis), fomentamos también la coordinación de ambos hemisferios, favoreciendo sus conexiones y su funcionamiento general.
- La gestión de nuestras emociones, siendo un mecanismo de regulación y expresión emocional fundamental, ya que, como sabemos, toda emoción es sentida y expresada por nuestro cuerpo también.
- Que nos sintamos capaces, ágiles, activos y contentos.
- Nos ayuda a conocer mejor nuestros límites y, por tanto, a conocer mejor nuestro cuerpo y nuestro estilo de afrontamiento ante los retos y la presión.
- Nos brinda la oportunidad también de descubrir qué nos motiva, facilitándonos alcanzar nuestros objetivos, de una forma más significativa para nosotros/as.
- La Alegría, ya que estamos haciendo algo beneficioso para nosotros/as mismos/as y nos divertimos haciéndolo (cada uno/a tiene que elegir el ejercicio o deporte que mejor se adapta a sí mismo/a para conseguirlo, sólo hay que buscar y probar).
- Nos ayuda a crear hábitos, y a cultivar la constancia y la perseverancia.
- Nuestras relaciones sociales.
- Las Habilidades Sociales, al relacionarnos con los demás más allá de las palabras, en un entorno distendido y gratificante.
- Que nos sintamos aceptados y comprendidos, conectados a los demás.