Son completamente absurdas y una pérdida total de tiempo y recursos.
¿Es que acaso mi pareja es mi enemigo o enemiga?
Ahora bien, si es «el juego» al que queréis jugar, adelante, pero estaréis en la «cuerda floja» constantemente.
Sintiéndoos constantemente a la defensiva, con las alarmas puestas, mirando a vuestras espaldas… «Controlando al enemigo».
Os sentiréis en riesgo, no podréis confiar, ni relajaros, ni pedir ayuda, ni recibirla, ni mirar al futuro con entusiasmo y optimismo.
¿Es la vida que queréis vivir?
¿Es esa forma de vivir?
Si una persona te respeta y te valora, va a hacerlo, ganes lo que ganes, te enfades y montes el pollo o no, «ganes» las discusiones o las «pierdas», pidas perdón primero o después.
Nada de eso importa.
El respeto, la consideración, la valoración y la educación no hay que ganárselos, son inherentes al ser humano.
Están las personas que lo dan y las personas que no.
Y no tiene nada que ver con lo que digas o hagas, en el ámbito personal, laboral, familiar o incluso sexual.
Yo más bien, si me lo permitís, os sugeriría que os plantearais con quién habéis decidido compartir vuestra vida y qué os estáis planteando en vuestra mente respecto a vuestra relación (o las relaciones en general), si no podéis sentiros respetados/as si no estáis con el látigo todo el día en la mano… Eso no es poder, sino dominación, y no es base para construir nada, excepto una rebelión, batalla, dolor y sufrimiento.