Lo cual no significa que no lo quiera a mi lado.
Se que la afirmación del título en ocasiones da un mensaje equivocado, puede parecer que con eso estoy diciendo:
«No te acerques, ¡que te muerdo un ojo!»
Pero la realidad es muy distinta.
Necesitar, lo que se dice necesitar, necesitamos muchas menos cosas de las que pensamos.
Satisfacer nuestras, precisamente, «necesidades básicas» y poquito más.
Ahora bien, querer, queremos muchísimas cosas, cada día más, porque cada día se nos ocurre algo nuevo (si tenemos suerte, claro).
Y es precisamente esto, que te quiera a mi lado, lo que te hace tan especial, porque sin necesitarte, te estoy eligiendo.
Se que «queremos pensar» que necesitamos a la otra persona, porque parece que eso hace la relación y a la propia persona más especial o importante en nuestra vida, pero es todo lo contrario.
Las relaciones que se basan en la necesidad son dependientes o co-dependientes, según el caso. Y las personas desaparecen; es la necesidad y la relación lo que las define.
Las relaciones que se basan en querer (amar) son «relaciones de equipo», en las que compartir, crecer y florecer son los objetivos.
Elige a un hombre, elige a una mujer, que te quiera y que no te necesite.