En este artículo podemos ver cómo se van dando pasos en el reconocimiento e identificación de cómo ciertas zonas cerebrales están involucradas en el procesamiento y almacenamiento de eventos traumáticos de distinta índole, propiciando la aparición de trastornos como la ansiedad, la depresión o el estrés postraumático.
Gracias al EMDR, sabemos que es posible trabajar directamente sobre estos recuerdos almacenados en nuestro cerebro, siendo el tratamiento de elección para el trastorno de estrés postraumático (TEPT), con grandes resultados.
Un motivo más para decidirse por la terapia psicológica. ¡Ánimo!
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