Cuando confundimos Ayudar con Salvar

Ayudar:

«1. tr. Prestar cooperación.

2. tr. Auxiliar, socorrer.

3. prnl. Hacer un esfuerzo, poner los medios para el logro de algo.»

Salvar:

«1. tr. Librar de un riesgo o peligro, poner en seguro. U. t. c. prnl.

2. tr. Evitar un inconveniente, impedimento, dificultad o riesgo.»

Cómo reconocer si estamos tratando de ayudar a alguien o estamos tratando de salvarle:

  • Siguiendo al pie de Ayudarla letra ambas definiciones, cuando tratamos de ayudar a alguien, estamos cooperando con la otra persona, cuando tratamos de salvarla somos nosotros/as quienes asumimos la responsabilidad del bienestar de la otra persona.
  • Cuando ayudamos a otra persona es esa persona quien elige, cuando la salvamos elegimos por ella.
  • La ayuda suma, la salvación resta capacidad a la otra persona, a todos los niveles.
  • La ayuda fomenta la independencia de la persona que la recibe, la salvación genera una dependencia de la persona que la recibe.
  • Tanto la ayuda como la salvación suelen ser bien recibidas (si son pedidas y/o esperadas) de inicio, si bien, en el caso de la salvación, el agradecimiento se puede convertir en resentimiento, necesidad de escape o huida, rencor o sentimiento de estar siendo oprimido (lo cual ocurre porque, una vez la persona se recupera, es posible que quiera también recuperar su autonomía e independencia).
  • Cuando ayudamos no esperamos nada a cambio.
  • Cuando salvamos esperamos fidelidad y lealtad por parte de la otra persona, ya que está en deuda con nosotros/as.
  • Al ayudar a otros/as nos sentimos satisfechos, realizados, gratificados, solo por estar ayudando a esa persona, en la medida que deseamos hacerlo.
  • Al salvar a otros/as nos sentimos responsables, obligados, poderosos, necesitados.
  • Ayudar suma. Salvar resta.
  • Si ayudamos establecemos una relación saludable.
  • Si salvamos establecemos una relación tóxica.
  • Ayudando damos recursos a la otra persona, facilitamos su desarrollo y el nuestro, le damos alas. Salvando le quitamos recursos a la otra persona, dificultamos su desarrollo y el nuestro también, le cortamos las alas.
  • Al salvar a una persona la convertimos en víctima, o reforzamos su patrón ya existente, al ayudarla la convertimos en cooperante, dueño/a de su vida.

Recomendaciones generales:

  1. Ayuda a quien puedas y quieras, sálvate sólo a ti mismo/a.
  2. No intentes ayudar a nadie que no te lo haya pedido, y aún siendo así, hazlo sólo si no interfiere con tu prioridad, tú mismo/a.
  3. Cuando alguien te pida que lo salves, dale el número de emergencias: 112.
  4. No te enzarces en relaciones dependientes a no ser que quieras cargarte la relación, tu autoestima y la de la otra persona.
  5. Llama a las cosas por su nombre. No te engañes, nunca acaba bien.
  6. Ten claros tus límites, hará crecer tus relaciones.
  7. Si estás tratando de salvar a alguien, pide ayuda.

Acerca de Cristina

Psicóloga Colegiada Torrejón de Ardoz
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